Las ruinas (2008)

Las Ruinas (The Ruins, 2008)
Dirigida por Carter Smith
Música de Graeme Revell
Con Jonathan Tucker, Jena Malone, Shawn Ashmore, Laura Ramsey, Joe Anderson
Productora DreamWorks Pictures / Spyglass Entertainment / Red Hour
Argumento:
Dos parejas de novios americanas de vacaciones a Cancún, deciden hacer una excursión por la jungla maya en busca de una pirámide tras conocer a un joven alemán que les convence para ello. Cuando por fin la encuentran, un acontecimiento inesperado obliga a los asustados turistas a trepar a la cima de la vieja estructura, donde se enfrentarán a horrores letales y lucharán a vida o muerte.

Las constantes argumentales se repiten calcadas de otras películas, con adolescentes puestos en peligro y pasándolas canutas. Un referente ineludible es La matanza de Texas de Tobe Hooper, y a partir de ella cientos de imitaciones. Aquí los malos son el punto más original de la trama.

El caso es que Dreamworks avala esta producción, y eso se nota. Los intérpretes están convincentes en sus roles, los efectos de ordenador están bien hechos. La banda sonora, de Graeme Revell, en su línea, o sea excelente. Todo el diseño de producción es correcto. La película es muy entretenida. Quizás en algunos momentos baje su intensidad, pero al instante retoma el pulso. Cláustrofóbica y con instantes espeluznantes por su alto contenido sangriento, su referente más cercano es The Descent, aquella gran película de excursionistas y cuevas, y también Hostel, con los erasmus pasándolo mal.
Una historia mínima pero efectiva y un director con poca experiencia tras las cámaras pero bien arropado por el equipo técnico. Más no se le puede pedir a este tipo de desventura, bastante exprimida está en sus noventa minutos de duración, y eso que se deja abierta la trama quizás para una segunda parte (de esas directas a vídeo) si las ventas acompañan.

Recomiendo su visionado en esas maratones que se suelen organizar ahora que llegan fechas halloweenienses. La verdad es que, con sus limitaciones, la película no está nada mal.