The Hands of Orlac (1960) Coproducción franco-británica
Dirigida por Edmond T. Gréville
Interpretada por Mel Ferrer, Christopher Lee, Dany Carrel,Lucile Saint-Simon
Sinopsis: Stephen Orlac, un pianista de prestigio, tras accidente de avión resulta herido y ha de ser operado de inmediato, pues corre peligro de perder sus manos. Al poco, viendo que sus manos no responden a sus órdenes, sospecha que ha sufrido una amputación de sus extremidades, y que han sido sustituidas por las manos de louis Vasseur, un estrangulador ejecutado el mismo día que tuvo el accidente.
La versión española traduce los titulares de los periódicos
Teniendo como precedente la magnífica
"Mad love" (reseñada en el blog de Haunted House) de Karl Feund, y una primera versión muda de Robert Wiene "Orlacs Hände" (1924), lo cierto es que Edmond T. Gréville, el director de esta versión, no lo tenía nada fácil.
Adaptar la novela de Maurice Renard por tercera vez (aún habría una cuarta sin la acreditación del novelista) con guión adaptado del propio director francés junto al guionista John Baines, quizás no fue algo acertado vistos los resultados.
La historia original, de cariz terrorífico, se torna aquí una amalgama de tratamientos que van desde el drama psicológico con algún toque hitckconiano de intriga, además de toques románticos con un tratamiento muy superficial en todas sus facetas.
Dos protagonistas de poco fusteEsta coproducción franco-británica (se hicieron dos versiones, una con diálogos en inglés y otra en francés, cambiando algún actor por el camino), aún teniendo un comienzo prometedor, en seguida se diluye en su argumento, debido primeramente a lo poco que se explota el tema de las manos del asesino, y al hecho de que en su indefinición la trama avance a trompicones, cosa que mejora en su tercio final al entrar en el género policíaco de lleno. Con algún toque a lo "Jekyll y Hyde", pero suavizado, se hace cuesta arriba su visionado, sobre todo por las escenas "caseras", y así llegamos hasta su conclusión con un final sorpresa que no revelaré, pero que a la postre nos resulta indiferente.
Christopher Lee siempre en su sitio
Breve aparición de Donald Pleasance con algo de peloMel Ferrer encarna al pianista Stephen Orlac, un actor poco convincente, de rostro de "piedra". Una especie de remedo de Charlton Heston, con aún menos dotes actotorales que éste. Por suerte, Christopher Lee participó en la producción, y sin duda su rol e interpretación son de lo mejor de la película. Es anecdótica la aparición de Donald Pleasance, actor habitual en el cine de género fantaterrorífico, con un papel tan corto que si uno no está atento, ni se da cuenta de su presencia.
Para concluir, digamos que la propia mediocridad del director lastra la película, pues material de partida había (véase la ya mencionada "Mad love"), aunque en su defensa hay que decir es su mejor película, o al menos la más recordada, y que posiblemente el caso de tener dos versiones y tratar con un reparto equilibrado en actores de ambas nacionalidades, suponga un obstáculo para rematar una película más personal y artesana que lo que supuso al final.
Londres después de la medianoche
Con todo, la escena de Mel ferrer descubriendo las exageradas vendas cubriendo sus manos ha pasado a los anales del cine fantástico. Es sólo una imagen, pero una imagen más que muchas otras películas.
Una escena para el recuerdo