martes, 28 de febrero de 2012

Geyper se quedó huérfano

Sirva esta entrada como homenaje a Antonio Pérez Sánchez, fundador de Juguetes Geyper, que murió el domingo 26 de febrero en Valencia a los 94 años. Hitos de la juguetería en España como son los Geyperman o los Juegos reunidos, es su legado como cabeza visible en la empresa que de la que llevó las riendas varias décadas. ¿Qué seríamos nosotros sin esos juguetes?.
Aquí les muestro una curiosidad de los 70, esta extraña nave espacial llamada Roto-master 70, juguete eléctrico a batería y que simula un platillo volante, para meter miedo en el cuerpo a más de un incauto.

jueves, 23 de febrero de 2012

La Residencia (1969)

La Residencia

Anabel Films S.A. 101 min.
España, 1969
Director: Narciso Ibáñez Serrador

Reparto: Lilli Palmer, Cristina Galbó, John Moulder-Brown, Mary Maude, Cándida Losada
Producción: Arturo González
Música: Waldo de los Ríos









Argumento: Madame Fourneau es la directora de una residencia de señoritas de baja condición social en la Provenza francesa. Su rigidez condiciona la vida de su hijo al que tiene recluido impidiendo cualquier contacto con las jóvenes residentes. El adolescente se las ingeniará para espiar y verse con algunas de ellas. Pronto comienzan a desaparecer chicas que presuntamente han huido de la casa.

Perfecto film de intriga y terror firmado por Chicho Ibáñez Serrador y que significó su primer largometraje después de haber dirigido exitosamente para la televisión la serie Historias para no dormir. La intriga se crea poco a poco de manera muy progresiva dentro de un clima cargado de erotismo, mientras que el terror aparece de forma súbita. La inocencia y la maldad conviven de una manera magistral casi sin darnos cuenta durante esta trama adaptada por Luis Peñafiel sobre un relato de Juan Tébar. Todo esto unido a una bellísima estética, una ambientación perfecta, una fotografía excelente y unas talentosas interpretaciones del reparto. La música de Waldo de los Ríos acompaña a la perfección en todas las escenas. La Residencia adoptó diferentes títulos fuera de nuestras fronteras: The House that Screamed, The Boarding School, The Finishing School o Horreur au Pensionnat.
Sin duda estamos ante una joya del cine nacional de terror.

La edición en DVD recomendada es la de Divisa Home Video con audio en Dolby Digital 5.1. Los extras son todos visuales y de lectura: filmografías, biografía de Chicho, galerías de fotos y explicación de escenas eliminadas y censuradas. Se puede adquirir en tiendas y en la web de Divisa a precio irrisorio.



TRAILER


J.Martín

lunes, 20 de febrero de 2012

Crítica literaria: Cuna (1990) de Arthur C. Clarke y Gentry Lee


Escribir un libro supone un esfuerzo considerable y siempre he estado en contra de una crítica que destruye el trabajo de un autor inmisericordemente. Se le pueden sacar fallos, objetivamente, y dar una opinión personal, siempre desde el respeto. Y de igual manera se reconocerán los aciertos. Todos sabemos que nadie es perfecto.

El caso es que después de leer Cuna, obra conjunta de Arthur c. Clarke y Gentry Lee, he optado por olvidarme de todo lo anterior y decir lo que pienso sin pelos en la lengua. Una de las razones que me han movido a ello, es que considero que Cuna, novela escrita en 1988, y publicada en nuestro país por Plaza y Janés en 1990, es el peor libro que recuerdo haber leído nunca, una tomadura de pelo mayúscula y una aténtica bazofia.
¿Que por qué he leído entero ese libro?. Un poco por respeto al maestro, un gran escritor de ciencia ficción y porque me quedaba alguna esperanza de que aún no siendo un buen libro, al menos fuera una novela sin pretensiones y divertida. Lamentablemente de Clarke sólo queda su nombre en la portada y poco más.

Antes de leer la obra, ojeé algunas críticas de lectores de Amazon, en la que llamaban al libro de todo, menos bonito. Algún que otro consideraba la obra legible, dentro de lo que cabe. Pero me quedo con un titular de una de esas críticas, que decía algo así: Libro escrito por Arthur C. Clarke y un idiota. En efecto, si quitamos las páginas de ciencia ficción nos quedan menos de 60, de un total de 420. Ese señor, el tal Lee, por lo que se ve, a partir de unos textos escritos por el matesro, desarrolló una trama entre romántica y aventurera para dar "cohesión" a la obra. Ni que decir que los personajes son de risa, estereotipados y ridículos, que la forma de escribir de este señor es chabacana y estúpida, que las descripciones son de risa de la mala, de vergüenza ajena. Que todo el conjunto es insufrible. Y para rematadura, la traducción del libro es mala, pero mala de narices. Como si la traductora hubiera hecho un trabajo apresurado y patético, y ni siquiera se hubiese molestado en corregir y dar sentido a las frases. Tampoco le reprocho eso, pues la buena señora ya tuvo bastante traduciendo este libraco. Como ven, escribo esto en caliente, recién acabado el asunto.

Arthur C. Clarke, maravilloso escritor de entre otras,  2001: Una odisea espacial  o El martillo de Diosmurió en 2008, pero cuando la obra se realizó estaba vivo y podía haberse ocupado de vetarlo. O al menos de dar unos cuantos cachetes a su pupilo (cosa que igual hizo).

sábado, 18 de febrero de 2012

El hombre-perro de la Invasión de los Ultracuerpos

Una de las escenas más perturbadoras del cine de ciencia ficción (y terror, ya puestos) es esta que sucede en La invasión de os ultracuerpos (Invasion of the body snatcher, 1978) en la que un mendigo dormido junto a su perro, es recreado por la planta de turno en un perro con rostro humano, que se relame al acercarse a una de las protagonistas. Un momento contundente e inolvidable de este clásico. 

Lo que parece un montaje de video, mirado con detenimiento, se nos revela como un cánido cuya cabeza ha sido cubierta por una máscara de goma que representa un señor con barba. Y por la apertura de la boca, el animal nos muestra su lengua.

Desde aquí animamos a los lectores del blog a que nos relaten sus momentos más terroríficos del cine preferidos.

miércoles, 15 de febrero de 2012

Dwight Frye, la cara de la locura



Su muerte fue como una escena más de las películas en las que intervino: le sobrevino un ataque al corazón en un autobús abarrotado de gente en la ciudad de Los Angeles.
Después de sus inicios teatrales y sus primeras incursiones en la gran pantalla, Dwight Frye participó en los dos grandes clásicos de terror de la Universal del año 1931. En Dracula interpretó magistralmente a Renfield, personaje que sufre una gran transformación en su carácter durante el film: pasa de la tranquilidad a la inquietud, de la inquietud al miedo y del miedo a la locura. Su actuación roza la perfección y se ganó la admiración del propio Lugosi. En Frankenstein fue el jorobado Fritz, un papel más limitado al que ni el mismísimo Lugosi pudo sacar mejor partido en posteriores secuelas.
Su posterior carrera fue poco fructífera: apareció como favor y sin acreditar en diversos films e intervino en pocos títulos de entidad. Productores teatrales le ofrecieron papeles como demente en sus obras y su carrera fue diluyéndose al igual que su propia vida.




















No trató sus problemas coronarios debido a que su corriente religiosa, la Cienciología (sí, la misma que practica Tom Cruise), se lo impedía. Y aquí es donde regresamos al inicio de este texto…
Sobre él se editó en 1997 una biografía autorizada titulada Dwight Frye’s Last Laugh y escrita por Gregory W.Mank, James Coughlin y el hijo del actor Dwight D.Frye. Se pueden visionar algunas páginas y comprarlo en Amazon.

J.Martín

domingo, 12 de febrero de 2012

The Thing

Cuando se anunció la llegada a los cines hace escasos meses de la película The thing, el fantasma del remake se paseó por nuestras narices. Todo quedó aclarado con la sinopsis de la película, que bien nos aclara que se trata de una precuela, es decir, narra hechos que suceden antes de lo contado en el clásico de John Carpenter de 1982.
Nos ponemos en situación: John W. Campbell. escritor y editor de literatura de ciencia ficción, con 28 años escribe un relato (en 1938, revista Astounding Science Fiction y usa el pseudónimo Don A . Stuart) titulado Who goes There?, sobre una expedición en la Antártida que se encuentra una nave espacial estrellada en el hielo, y que cuyo interior acoge el cadáver de un alienígena que se convierte en un auténtico incordio.
Hollywood, y en concreto la RKO,compró el relato, cuyo libreto fue obra de Charles Lederer, con la ayuda de unos no acreditados Howard Hawks y Ben Hetch. Christian Niby, y el propio Howard Hawks se encargaron de la realización de esta curiosa propuesta fantástica, en 1951, y completaron un clásico de la ciencia ficción de todos los tiempos, titulado The thing from Another World, conocida en nuestro país como El enigma... de otro mundo.

Llegamos a 1982,cuando un John Carpenter en plena forma, recién llegado de rodajes como Escape en New York y Halloween II, y con el auspicio de Universal, comienza el rodaje de una nueva versión de la historia.Escrita en solitario por Bill Lancaster (escritor casi novel venido de la televisión), y protagonizada por el actor fetiche de Carpenter, Kurt Russell, la película tuvo que competir en cartel con la rompetaquillas E.T de Spielberg, y en ese sentido los productores se llevaron un pequeño chasco, al no subir de la octava posición en el top ten de las más vistas. No obstante, el film, de atmósfera envolvente, grandes interpretaciones y una maravillosa banda sonora de Morricone, poco a poco iría conquistando el corazón del aficionado, y así pasa a ser una película de culto, revalorizada con los años, llegando a producir todo un mundo de merchandising (cómics, videojuego, figuras, etc...) a su alrededor de unos años a esta parte. Ya tardaban en llevar al cine las andanzas de la criatura, y 2011 fue un buen año como cualquier otro para hacerlo.
La película de Carpenter comenzaba con una extraña situación, la persecución de un perro por un noruego armado transportado por un helicóptero. Más tarde se descubriría en la base noruega todo un recital de cadáveres y destrucción. El film que nos ocupa se encarga de narrar esos hechos, y lo hace bastante bien, reconstruyendo el puzzle que son las pistas dadas en la versión de 1982. No abusa de los efectos por ordenador, y la criatura es una digna sucesora de la original, tan terrorífica o más. En cuanto a lo menos inspirado de la película, quizás la inclusión de los americanos, una licencia de cara a la taquilla, que además deja un final abierto para una posible recuperación del personaje.

No son pocos los guiños a la The thing (La cosa) de 1982, y a veces que parece que nos encontremos con un milimetrado remake de esta, pues hay situaciones que recuerdan o calcan a otros ya conocidas, aunque por suerte la resolución de la anécdota de la sangre cambia en esta nueva incursión antártica. Queriendo ir un poco más allá, se nos muestra el interior de la nave espacial,con una columna pixelada (¿un homenaje a los videojuegos de aquella época?) y un diseño sin duda peculiar, alejado de las barrocas naves que son el pan nuestro de cada día en el cine de ciencia ficción actual. Pese a que el conjunto entretiene, la tensión y el augurio de amenaza constante de La cosa no se repite aquí salvo en contadas ocasiones. Se quiere sorprender al espectador con las encarnaciones de la criatura, pero el guión no está tan logrado.
La banda sonora musical, aunque no está a la altura de la de Morricone (que recupera, por cierto, al final del metraje), es digna de mención por la variedad de registros y el aire retro.Dirige Matthijs van Heijningen Jr., director danés (nacido en Holanda), que prepara en esta ocasión una secuela de Dawn of the dead de Snyder, titulada Army of Darkness (como la cinta de Raimi, sí).


En definitiva, una película digna y entretenida, muy inferior a la de 1982, pero que sin duda cumple su cometido, y nos hace reencontrarnos con la criatura, de la que siempre seremos fans.

viernes, 10 de febrero de 2012

It Came from Outer Space (1953)


It Came from Outer Space (Vinieron del espacio, 1953)
Universal International Pictures (UI), 81 minutos
EEUU, 1953, B/N
Director: Jack Arnold
Reparto: Richard Carlson, Barbara Rush, Charles Drake
Producción: William Adlan
Musica original por Irving Gertz y Henry Mancini (no acreditados)
Efectos especiales por Roswell A. Hoffmann

Argumento: John Putnam y Ellen observan caer un meteorito (o algo parecido) sobre el desierto de Arizona. John descubre que era una nave espacial, pero nadie le cree. los alienígenas adoptan formas humanas para pasar desapercibidos y poder arreglar la nave. Finalmente serán descubiertos, y un grupo de personas comandadas por el sheriff del pueblo irá a por ellos. Estos seres poseen un arma capaz de destruir la tierra. John intentará disuadirles para que no hagan tal cosa.

Estamos ante un clásico menor del cine de ciencia ficción. Jack Arnold, artesano del cine de bajo presupuesto, conseguría obras maestras con La mujer y el monstruo (Creature from the black lagoon, 1954), Tarántula (1955) y El increíble hombre menguante (The incredible shrinking man, 1957). Gracias a sus dotes como director la historia se sostiene con cierta intriga, a pesar de su endeble guión, basado en una historia de Ray Bradbury. Con un presupuesto muy bajo y pocos actores y decorados, Jack Arnold salva la papeleta y nos ofrece un entretenido ejercicio de cine de "marcianos" remitiéndonos a un argumento con un cierto parecido al de Invaders from mars (1953), que se repetiría en La invasión de los ladrones de cuerpos (Invasion of the body snatchers, 1956), esto es, el de la suplantación de identidad y/o comportamiento de los humanos por parte de los aliens, haciendo sospechar al protagonista para así desarrollar la trama. Estos son los momentos más conseguidos, junto con la primera parte de la cinta. Luego la parte en que la amenaza extraterrestre se oculta en la mina, y suelta su ultimátum, por momentos roza el ridículo por lo absurdo de su propuesta: pueden conquistar y destruir el planeta, pero el protagonista mata a uno de ellos con cinco simples disparos y al jefe lo convence que ni a un niño de cuatro años.
Los actores cumplen, y la chica se erige como "la reina del grito" al asustarse por un árbol de extraña forma, y un chaval disfrazado de astronauta. Otros dos momentos felices de la trama.


El alien ( sorpresivamente se nos descubre a los seis primeros minutos de proyección) que va derramando purpurina, no destaca por encima de otros en filmes similares, pero tiene su aquel, con su ojo amenazante.

En definitiva, una película entretenida, que tiene su punto, pero menor dentro de la filmografía de su director y de la saga de películas sobre invasores que se produjeron en la década de los 50.

Editada por Universal en DVD, cuenta con varios remakes. Aquí tienen su ficha en imdb

TRAILER

miércoles, 8 de febrero de 2012

Bill Hinzman nos ha dejado


Falleció el pasado 5 de febrero a los 75 años de edad. Samuel William “Bill” Hinzman es el nombre de este actor norteamericano que siempre será recordado como el zombie del cementerio en de The Night of the Living Dead, la obra maestra de George A.Romero de la que este año se cumple el 44 aniversario. Y, precisamente, 44 años son los que llevaba Hinzman metido en la imagen de ese emblemático zombie del cine. Participó como actor en algunos proyectos menores y dirigió en los 80’s un par de películas de calidad más que discutible como FleshEater o The Majorettes. Incluso lo pudimos ver en un anuncio de pizzas.





















En cualquier caso, Bill Hinzman era objeto de admiración allá donde fuera. ¿Quién no hubiera adorado una foto con el zombie de La Noche de los Muertos Vivientes?
Según su hija Heidi Hinzman, su padre siempre bromeaba con su deseo de ser icinerado al morir puesto que si lo enterraban volvería a salir a aterrorizarnos a todos.

¡Nunca te olvidaremos Bill!



J.Martín

sábado, 4 de febrero de 2012

Eddie Carmel, un gigante de película

"The Jewish Giant"... con este nombre se conocía a este gigante de origen palestino que llego a medir casi 2,70 metros de altura. Eddie Carmel sufría una enfermedad causada por un tumor que provocaba una alteración de la glándula pituitaria que le hacía crecer y crecer sin control hasta que le llevó a la muerte en 1972, a los 37 años de edad. Ni que decir tiene que su vida en los últimos dos años fue insostenible, postrado en una cama sin poder moverse.
Carmel desde muy joven tuvo vocación artística que desarrollo a su manera en New York. Formó un grupo de Rock llamado “Frankenstein and the Brain Surgeons” y posteriormente publicaría en solitario dos singles: The Happy Giant y The Good Monster. También fue un personaje circense trabajando para el Ringling Brothers and Barnum & Baliey Circus entre 1961 a 1968.


Sus dos incursiones en la gran pantalla llegaron durante ese período: en 1962 con The Brain That Wouldn't Die y en 1963 con 50000 B.C. (Before Clothing). En la primera es un monstruoso resultado de un experimento del Dr.Bill Cortner y éste lo tiene encerrado tras una puerta con candado mientras trata de conseguir un cuerpo femenino para transplantar la cabeza de su decapitada amada. En la segunda encarna a un gigante (que raro) que trata de zamparse al protagonista que ha viajado desde su tiempo a la prehistoria.
The Brain That Wouldn't Die ha sido recientemente editada en España por L’Atelier.















En 1999 se emitió un documental radiofónico neoyorquino sobre Eddie Carmel y cuya transcripción podéis encontrar aquí.

J.Martín